"Este informe fue creado digamos por pura casualidad al transitar el cementerio de la Recoleta. Una pregunta interior me hizo entrar en la cuestion de porque aca dentro no puede estaar la informacion de muchas cosas que busco hace mucho tiempo...?, y asi fue, las cosas se fueron presentando a medida que lo fui conociendo....con otros ojos..."
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Una reseña:
Los hermanos Federico y Teófilo Lacroze fueron los primeros en obtener una concesión de tranvías a caballo para la ciudad de Buenos Aires, empresa desde la cual impulsan luego la construcción del Tramway Rural que llegaría en su momento hasta Zárate (105 Km), más el ramal que partiendo de Empalme (actual Fátima) alcanzó el pueblo de Rojas (115 Km más de rieles).
Lo curioso de este tendido es que para la época en que se construye ya existían en el país trenes a vapor, pero la explicación está dada por el hecho de un fuerte incremento del precio del carbón, problema que se agudiza en 1885 debido a la suba de la libra esterlina. Además los viajes en carruaje por caminos de tierra eran muy penosos debido al mal estado de los mismos.
Los hermanos Lacroze ven un futuro de éxito en el sistema presentado que consistía en caminos con rieles, de bajo costo y con tracción caballar más que abundante en la época. El desarrollo de la empresa tuvo matices dignos de ser tenidos en cuenta. Mencionaremos unos pocos: los servicios, junto al de pasajeros, también fueron de carga, principalmente para productos rurales como ser aves, huevos y demás, ya que las vías cruzaban las mismas chacras. Además, como un refinamiento impensado, también contaron con coches dormitorio y otros fúnebres.
Los hermanos Lacroze ven un futuro de éxito en el sistema presentado que consistía en caminos con rieles, de bajo costo y con tracción caballar más que abundante en la época. El desarrollo de la empresa tuvo matices dignos de ser tenidos en cuenta. Mencionaremos unos pocos: los servicios, junto al de pasajeros, también fueron de carga, principalmente para productos rurales como ser aves, huevos y demás, ya que las vías cruzaban las mismas chacras. Además, como un refinamiento impensado, también contaron con coches dormitorio y otros fúnebres.
¿Cuánto demoraba un viaje de Chacarita a Zárate? No tanto. Según autores confiables, 6 horas, pero renovando animales cada 3 leguas apróximadamente (5 Km) en las estaciones de postas. Dio orígen, sin duda, la llegada de esta maravilla a Pilar en 1887 a la inauguración de nuestra estación Toro, ya que en una tarifa de ese año se lee: a San Miguel $0,50; a Piñero (actual José C. Paz) $0,60; a Toro $0,80; a Pilar $ 1.
Como dato ilustrativo podemos agregar que en la vecina ciudad de Luján existió durante mucho tiempo servicio de tranvías a caballo, desde la estación del FC Oeste hasta la basílica. Hoy se puede apreciar uno de estos coches en el museo de dicha ciudad.
Como dato ilustrativo podemos agregar que en la vecina ciudad de Luján existió durante mucho tiempo servicio de tranvías a caballo, desde la estación del FC Oeste hasta la basílica. Hoy se puede apreciar uno de estos coches en el museo de dicha ciudad.
Por pura casualidad encontramos la bovedad de la familia Lacroze en un estado impecable.
Al llegar a la boveda se ven varias placas que hace muchos años atras se colocaron como recuerdo a las labores de los Hermanos Lacroze por diversas organizaciones e instituciones para su recuerdo a lo largo del tiempo.
Como lo dice orgullosamente la placa desde 1869 a 1919 todo el personal de la Empresa.
Leer bien: "Homenaje a la memoria de Don Federico Lacroze, ejemplo de labor, constancia, honestidad.
Los empleados de F.C.C.B.A.(Ferrocarril Central de Buenos Aires).
Nació en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1835, siendo sus padres Juan Alejandro Lacroze Durán, oriundo de Castillon, Francia y Mercedes la Santísima Trinidad Cernadas, porteña. Cursó sus estudios en Buenos Aires, y una vez finalizados se dedicó al comercio, siendo hasta los 20 años de edad empleado de la Casa Mallmann y Cía., representante de un grupo de banqueros de Londres, Amberes y París. Posteriormente se radicó en Chivilcoy dedicándose a la agricultura y al comercio, logrando obtener una posición sólida que le permitió ser un exitoso banquero local.
No necesitó del título de europeo, ni siquiera de la recomendación de haber estudiado en Europa para, a los veinticinco años de edad concebir la idea de la posible realización de un tranvía en Buenos Aires, y conseguir, tras larga vía crucis de contrariedades la autorización gubernativa en 1868 y llevarla a la práctica en 1870 venciendo toda clase de inconvenientes, desde la escasez de capitales hasta la oposición terca y sistemática de los vecinos mejor conceptuados y propietarios de lo edificado en las calles de la ciudad, que había de recorrer la nueva locomoción.
Sin más capital que 750.000 pesos de la antigua moneda, producto de sus economías como comerciante y después banquero, de los cuales una parte era de su hermano Julio, se lanzó a la gran empresa, después de haber vencido la oposición sostenida ante el Poder Ejecutivo por firmas nacionales como: Anchorena, Basualdo, Estrada, Achával, Barra, Moreno, Mallo Muñiz, Lozano, Ezcurra, Leguía, Escalada y Terrero, y extranjeros como Larroque, Schmidt, Capelli, Sommer, Kramer García, Ruiz, Marcó, Burnichón Cañas, Roverano, Bell Fourcade, Perissée, Zamboni y otros propietarios de la casas de Rivadavia, Suipacha y Tacuarí, en 1870, que creían que el tranvía era una amenaza pasando por calles tan transitadas en que por fuerza debía originar muchas desgracias.
Fue, por esto, por lo que el Gobierno, después de mandar archivar estos memoriales, ordenó que los coches llevaran, de avanzada a veinte pasos más o menos, a guisa de heraldos, un jinete sin otra misión que la de advertir con toques de corneta, en cada bocacalle la aproximación del temible vehículo.
En la primera línea que se inauguró, recorría las calles de Cangallo, Callao y Piedad, desde Ecuador a Talcahuano, un convoy compuesto de dos coches, con bandera francesa el uno e inglesa el otro, yendo como cuarteador y trompetero, Juan Lapegua, guerrero del Paraguay; y cocheros Pedro Picarel y Francisco López, españoles, y mayorales Hilario Rodríguez y Baldomero Rodríguez, criollos, uno de los cuales, Baldomero, murió en el Parque, en la revolución del 90. Estos individuos son los decanos de esa inmensa colectividad que tantos y tan varios disgustos ocasionó diariamente a los que transitaban del modo más primitivo o tenían necesidad de sus servicios.
Como pasaje se usaba una moneda de metal blanco de cuatro gramos de peso.
Más adelante, el 12 de abril del mismo año 1870, se puso en servicio el primer coche especial para pasajeros de la estación del Once, y fue el capitán del 4º de Línea, en la guerra del Paraguay, Francisco Mayo, el mayoral o guarda que lo condujo.
Entonces, con el nuevo tráfico se instauró como estación, en el Centro, la puerta de la confitería de Godet, en Cangallo, poco más o menos donde estuvo luego la Chocolatería Seminario, y como se aumentaran los viajeros, en los días festivos venía a cuartear y anunciar un segundo convoy, con su trompeta y su caballo particular, el capitán Jara también de la guerra del Paraguay, y perteneciente luego al Cuerpo de Inválidos.
Esta primera línea, que se llamó Central muy aumentada y mejorada, fue vendida a la compañía Anglo Argentina.
Enseguida, el activo señor Lacroze, cuyo lema era. “el tiempo es oro”, fundó el Tramway Rural, a vapor, que llegó a recorrer más de 200 kilómetros de terrenos de la provincia de Buenos Aires, beneficiando a los hacendados y chacareros, con precios de transporte más ventajosos que los ferrocarriles.
Estaba casado con María Etchevetz, y de dicho matrimonio nacieron tres hijos: Federico, Carlos y Teófilo. Fallecida su esposa, contrajo segundas nupcias el 27 de agosto de 1887 con la irlandesa Ana Browne Kirk.
Fue miembro de la masonería, iniciándose el 13 de agosto de 1857 en la Logia Regeneración Nº 5.
En el recorrido nos topamos de pura casualidad con el mismisimo hijo de Lacroze que no pensabamos estaria dentro del Cementerio de la Recoleta en una bovedad muy separada en distancia a la de su padre.
La Tranway Rural luego de la muerte de Lacroze(1899) continuó adelante bajo el mando de su hijo Teófilo, esta línea en 1891 deja de ser de tracción a sangre y pasa a incorporar la locomotora a vapor, transformación que produce un cambio en la denominación pasa a llamarse Ferrocarril Rural de la Pcia. de Bs.As..
-Prestar atencion al bajorrelieve de la placa donde se destaca en en el centro la Estacion Central de Buenos Aires (F.C.C.B.A.) que el fue propietario-
Teófilo Lacroze Etchevetz, el hio de Federico habia nacido en 1876 y fallecido en 1941. Contrajo matrimonio en Marzo de 1909 con Mercedes Gomez Pombo (1878-1952) teniendo seis hijos: David L.; Teófilo; Federico Miguel; Hugo Daniel; Carlos Hernan y Eduardo Adolfo.
Teófilo Lacroze era Bachiler del Colegio del Salvador. Abolgado, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Jurisprudencia en 1900 con la Tésis "Expropiacion por causa de utilidad ublica". Medalla de oro y Diploma de Honor de su curso. Destacado empresario. Presidente del Directorio de la Compañia Tramways Lacroze de Buenos Aires. Propietario del Ferrocarril Terminal Central que construyo y exploto el subterraneo Lacroze. Presidente de la corporacion de Transportes de Buenos Aires. Director de varias compañias comerciales y financieras. Miembro de la Comision Directiva del Patronato de la Infancia y de la Sociedad de Beneficencia. Presidente de la Asociacion de Socorros Mutuos Federico Lacroze. Presidente del Patronato de Liberados.
Excelente trabajo !!
ResponderBorrarMuchas gracias Alejandro!
BorrarUn trabajo impecable, sencillamente atrapante. Felicitaciones.
ResponderBorrarMuchas gracias estimado!
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